lunes, 21 de noviembre de 2011

Mitos y realidades sobre los psicólogos y los profesores

Estos son algunos de los mitos que habrás oído sobre la psicología y la educación. Nosotros te invitamos a replanteártelos.

“Si voy al psicólogo es porque estoy loco/a”.

Todas las personas nos encontramos a lo largo de nuestra vida con cambios más o menos significativos a los que nos cuesta adaptarnos en momentos puntuales como pueden ser el nacimiento de un hijo, la jubilación, etc. y situaciones difíciles como perder el trabajo, una ruptura de pareja, etc. Estas son posibles razones por las que se puede acudir al psicólogo. Cada uno de nosotros ha adquirido a lo largo del tiempo una serie de herramientas para afrontar las situaciones difíciles de la vida, pero hay veces en las que necesitamos de un apoyo externo que nos pueda ayudar y acompañar en este proceso.

“Los que van al psicólogo son los que no tienen amigos”.

Un amigo puede escucharte y apoyarte, pero no se trata de un profesional con conocimientos sobre el funcionamiento del comportamiento y la mente humanos. El psicólogo durante la sesión tendrá una dedicación exclusiva a comprender tu historia de vida, a tus demandas y/o necesidades.

“Vas al psicólogo sólo a desahogarte”.

En realidad ésta es la función que podrían desempeñar tus amigos, un psicólogo no sólo se dedicará a escucharte sino que te ayudará a encontrar o crear tus propias herramientas para manejar los problemas y te guiará hacia la solución de los mismos.

“Los niños sólo necesitan clases particulares si suspenden”.

El suspenso es la manifestación de un problema que empezó mucho antes y hay que intervenir de forma preventiva enseñándole técnicas de estudio, motivándolo, reforzando los conocimientos básicos, etc.

“Con un día de terapia o de clase particular estará solucionado el problema”.

Tanto la terapia como la orientación pedagógica son un proceso que requiere tiempo para que se produzcan cambios y se perciba una evolución. Es posible que dentro de este proceso haya días en los que percibamos más claramente una mejoría, pero debemos continuar trabajando para que ésta se mantenga a largo plazo.

“Yo no creo en la psicología”.

La psicología no es cuestión de creencias como lo puede ser la religión o la existencia de vida en otros planetas; la psicología es una ciencia respaldada por multitud de teorías comprobadas empíricamente. La eficacia de las terapias psicológicas es indiscutible, pero debemos vencer muchos prejuicios (como los que intentamos romper aquí) para que aumente la confianza hacia los profesionales de la psicología.

“Las clases particulares y la terapia son muy caras”.

Lamentablemente ninguna de las dos está incluida en los servicios públicos en la medida que debería, y su precio puede ser considerado elevado, pero en ambos casos los profesionales ponen al servicio del cliente unos conocimientos que deben ser valorados como tremendamente útiles, pues al fin y al cabo influyen en la salud mental y en la mejoría académica de las personas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario