jueves, 8 de diciembre de 2011

Cómo explicarle la muerte de un ser querido a un niño:


            Aunque resulte doloroso y difícil hablar de la muerte con un niño es mejor hacerlo lo antes posible. Pasadas las primeras horas de mayor impacto emocional buscaremos un lugar tranquilo en el que estemos a solas con el niño y un momento que le podamos dedicar para explicarle lo ocurrido con palabras sencillas y sinceras.

            Será aconsejable empezar anticipándole la mala noticia: “Ha ocurrido algo muy triste. _ ha muerto”. Es mejor decir “ha muerto” que usar expresiones como “se ha ido” o “ se ha dormido para siempre” ya que pueden temer no poder despertarse o perderse. Suele ser útil hacer referencia a los momentos de la vida cotidiana donde está la muerte presente: muerte de animales de compañía, de plantas…

            Hemos de recordar que los niños no tienen el mismo concepto de muerte que los adultos. Ellos creen que la muerte es temporal, que los fallecidos conservan ciertas funciones como comer o respirar o, incluso, pueden llegar a creer que es un castigo por algo que han hecho o han pensado.  Por ello tenemos que ser muy claros en nuestras explicaciones, responderles las preguntas que tengan y acompañarles en el proceso de adquisición de un concepto de muerte real. De tal forma que les evitemos en la medida de lo posible ansiedad, miedo a la muerte o a estar enfermos, sentimientos de culpabilidad...

            Si nos preguntan cómo sucedió. Podemos explicar cómo ocurrió la muerte usando pocas palabras: “Ya sabes que _ ha estado muy enfermo y la enfermedad que tenía le ha causado la muerte” o “Ya sabes que _ ha tenido un accidente y el accidente le causó la muerte”. El niño puede tener miedo de morir ante cualquier enfermedad o accidente por lo que es importante explicarles que es muy difícil o casi imposible que le suceda lo mismo a él.

            Si preguntan por qué ha muerto. Les podemos responder que son preguntas que nosotros mismos también nos hacemos o que no sabemos la respuesta. Es bueno que sepan que todos los seres vivos tienen que morir algún día.

            Respecto a que el niño participe en los ritos funerarios, no se le debe obligar o hacerle sentir culpable por no ver el cadáver o participar en los actos pero si el niño quiere, se le debe animar a participar, ya que le pueden ayudar a comprender qué es la muerte, a iniciar mejor el proceso de duelo y le permitirán despedirse del ser querido. Es aconsejable anticiparle qué vera (por ejemplo dónde estará y qué aspecto tendrá el cadáver), qué escuchará y el porqué de estos ritos, para que esté preparado.

            Los niños viven emociones intensas tras la pérdida de una persona querida. Si perciben que estos sentimientos son aceptados por su familia, los expresarán más fácilmente y les ayudará a vivir de manera más adecuada la separación. Frases como “tienes que ser valiente” pueden impedir que el niño se desahogue.

             Para finalizar, os adjuntamos un link a la web de la Asociación Española Contra el Cáncer, donde encontraréis un libro especialmente pensado para favorecer la expresión emocional de los niños que estén en duelo.
(Pinchad en Alguien muy especial no está aquí)

1 comentario:

  1. Aquí os dejo un regalito!! ; )

    http://www.youtube.com/watch?v=KS5AvUqF2BA

    ResponderEliminar